Salvador Dalí (1921): Cadaqués de espaldas. |
Podrán no construir - construyen, a la vista está -, desaparecer regímenes - no desaparece -, pero España desde que hay vacaciones pagadas tiene agarrada a Europa por el estómago y no la soltará ni ésta querrá librarse. Único país (tal vez con Bélgica) donde todavía - de nuevo - se come como hace más de medio siglo platos hechos de verdad, no para paladearse sino para eructar; sólo en el sur de Francia, pero allí en cantidades menores y por mucho más dinero. Comprendo el imán que tiene para los alemanes el sol, el vino - regular y regalado-, el aceite al que se acostumbran quieran o no. Lo mismo les da aceite o trabajadores, langostas o criadas. No acabará mientras no varíen otras cosas, que no llevan ese camino. Todos contentos. Saliendo de Figueras la carretera se estrecha, sube. Serpentea. Todo es piedra. Mueren los árboles. Allá a lo lejos, abajo, enorme, azul, tranquila, suave, destrozada en sus bordes: la bahía de Rosas y el pueblo, que fue pequeño y casi nada, rodeado de rascacielos. Se traspone. Cadaqués.Cadaqués lleno de gente.
(...) Sopa de peix de nuestra primera noche española, en casa de Carmen y de Luis. ¡Qué lejos de cualquier otra sopa de pescado! Tal vez ahí también, ¡Oh Gabo y compañía! tenga su lugar e influencia la lingüística...Desde luego nada tiene que ver aquí la amistad. Sabe de otra manera. Tal vez las rocas de la Punta Oliguera o de la Punta Prima o de la Cendrera aticen la gula,den sabor y gusto nuevo, alargándolo. Copia de sazones.
Més sobre Max Aub:
Picaso quan va visitar Cadaqués, l'estiu de 1910 |
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