Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Cuina jueva. Mostrar tots els missatges
Es mostren els missatges amb l'etiqueta de comentaris Cuina jueva. Mostrar tots els missatges

divendres, 18 de febrer del 2011

Sabores de la infancia


Por Débora Chomski

Saborear la infancia. Escribir las memorias con todos los sentidos. Adivinar por los olores lo que se esta cociendo y sentir que se hace agua en la boca durante la espera. Si, la sabia espera de masas que leudan a su ritmo y de panes que una vez hechos crujirán entre nuestros dedos por los vapores del horno y otros secretos.

Mientras, a un costado, los niños de la casa juegan con las cucharas de madera como espadas.Entre las masas y los pasteles, los ladrillos ahumados de las paredes y el calor del horno compensan el frío del invierno o nos sumergen más aún en el bochorno veraniego.

Entonces, mientras reímos y soñamos, el aire se tiñe de vainilla y canela, anunciando la hora de las galletas. Y luego, las manitas de los niños acomodándolas sin forzar en los recipientes de vidrio reservados.

Y una receta de la infancia, que preparaba con mis hermanos bajo la mirada tierna y atenta de mi abuelita.

Pan trenzado dulce
500 g de harina
40 g de levadura de panadería
70 g de azúcar
7 g de sal
100 g de mantequilla derretida
2 huevos (separamos una clara para pintar el pan)
150 a 200 c.c. de leche tibia
Un puñado de semillas de sésamo blanco o negro

Cómo lo hacemos
Echamos en un recipiente la levadura con el azúcar y la mitad de la leche tibia. Mezclamos, tapamos con un papel film y dejamos leudar.
Tamizamos la harina y en el centro echamos los huevos ligeramente batidos, la mantequilla derretida y la sal esparcida por sobre la harina. Luego incorporamos la levadura leudada y mezclamos todo en forma envolvente. Añadimos más leche si la masa lo requiere. Amasamos un poco para se integren los ingredientes y se forme un bollo.
Amasamos el bollo durante unos diez minutos hasta que quede lisa y suave. Dejamos leudar hasta que duplique su tamaño (40-60 minutos).
Cortamos tres trozos y los moldeamos como tiras. Luego los enlazamos como una trenza y los dejamos leudar unos 20 minutos más. Precalentamos el horno.
Pintamos las trenzas (salen 2) con clara de huevo y esparcimos el sésamo.
Horneamos 45 minutos a horno moderado hasta que queden las trenzas doraditas.

Nota:
las trenzas son panes de origen centroeuropeo. Desde su origen han sido parte de las mesas festivas de distintas culturas (comida de domingo luego de la iglesia en Polonia y Alemania; cena de viernes, inicio del descanso semanal o Shabat, de la cultura judía) connotando belleza femenina, lazos familiares y deseo de fertilidad.

Receta extraída de Taller de cocina para niños, de la autora, publicado por Alba, 2010.

Comiendo con palabras


Por Débora Chomski

El 27 de enero es el Día Internacional en Memoria del Holocausto. El siguiente texto trata sobre la alimentación y la cocina en los campos de concentración nazis. De cómo las víctimas de la barbarie nazi, recreaban y se reconfortaban verbalmente con platos y recetas producidos por su imaginación. Dichos recuerdos y aquella manera de comer con palabras, permitió a muchos sobrevivir y no olvidar su condición humana.


"Si sobrevivo sólo quiero cinco panes para comer", contaba un sobreviviente a Claude Lanzmann, cineasta y director de un valioso documental sobre la Shoá. Nos quedaron cientos de testimonios de sobrevivientes que describen cómo la escasez de alimentos y el hambre atroz fueron devastadores. En Auschwitz, un prisionero activo, que trabajaba como mano de obra esclava en minas, canteras, caminos, fábricas recibía alrededor de 800 calorías diarias, cuando las mínimas indispensables para la vida en los campos de la muerte eran 4.800. Además del maltrato físico y psíquico, las jornadas extenuantes, las epidemias y otras enfermedades que causaron estragos en los campos nazis.

Jaime Lipman, otro sobreviviente de Auschwitz que logró huir a la Argentina, dejó sus testimonios a los archivos del Museo Argentino de la Shoá: “El alimento era muy escaso y, dado el estado en que nos encontrábamos, nos convertimos en animales devorando comida (...).Nos levantaban a las 4 de la madrugada, buscábamos el café con 200 gramos de pan -de salvado o directamente de aserrín de madera- y a los golpes comíamos, para ser luego llevados a las minas donde nos seguían golpeando sin razón. En las minas no había SS sino civiles alemanes y allí trabajábamos sin parar 16 horas. De regreso al campo nos dejaban bañarnos y luego, bajo los golpes, nos hacían arrastrar piedras pesadas de un lado del patio al otro, sólo por sadismo. A las 6 de la tarde nos daban otro trozo de pan con una sopa aguada con trocitos de col y nabo y alguna legumbre. Esa era toda nuestra comida".

Olga Lengel, una sobreviviente que escribió en su "Un nuevo motivo para vivir", una novela testimonial sobre su experiencia en Auschwitz-Birkenau: “Cinco veces por semana se distribuían una cucharadita de margarina y una vez por semana, un trocito de salchicha, de origen dudoso (creíamos que era de despojos humanos porque todo se aprovechaba) o dos cucharadas de mermelada. De vez en cuando, se repartían dos cucharadas de leche coagulada a la que se denominábamos queso".

Comer con las palabras
Preparar la comida y dar de comer ha sido, desde siempre, una responsabilidad social y familiar asignada a las mujeres. En los campos de concentración, las prisioneras no dejaron de cumplir este imperativo cultural, con la fuerza de una ley de la Naturaleza, procurando obtener más alimentos para sus compañeras o aprovechando con mucho ingenio lo poco que conseguían.

Hanke Waserman, una sobreviviente del campo femenino de Ravensbrück que logró reunirse con su familia en Israel, fue entrevistada por la investigadora israelí Liora Duchos y explicó:" Nuestra creatividad era muy grande: hicimos comestibles muchos productos que recibíamos y que la mayoría de las veces, eran absolutamente incomibles".

Cuando las mujeres enfermaban o perdían fatalmente a sus familias, intentaban mantener en pie su humanidad, rota de dolor y desesperanza. Entonces junto a sus compañeras de barraca recordaban o imaginaban recetas, para mantenerse conectadas con la vida. En testimonios recogidos en el Museo de Yad Vashem de Jerusalem, Trude Kassowitz quien había perdido a sus padres y su primer marido explicó: "Jugábamos (con otras mujeres) a que era una invitada y me servían café y pasteles. Mi anfitriona me daba una receta y yo simulaba que la anotaba. Lo hacíamos para vencer la sensación de hambre". Lo hacían con la esperanza de sobrevivir.

En los lugares y los momentos más inesperados, tironeadas por los impedimentos de la esclavitud física y el extrañamiento emocional, algunas mujeres dejaron su legado, para no olvidarse que alguna vez fueron personas normales, dignas y respetables, que disfrutaban de la vida. En conversaciones secretas o en los escasos momentos de distensión que podían aprovechar, las mujeres de los campos de reclusión nazis compartían recetas de diferentes procedencias, jugaban con los ingredientes incorporándolos en cantidades “racionadas" o exageradas o incluyendo ingredientes extraordinarios o no kasher (no puros, según las leyes dietéticas judías) o que nunca habían empleado realmente en la cocina.

En algunos casos las prisioneras de los campos escribían las recetas que recogían durante las estancias por diferentes campos. Las escribían en cualquier clase de papelito: desde folletos de propaganda nazi a trocitos de hojas que cambiaban por raciones de pan. Estos testimonios son un legado único de varias generaciones y culturas que fueron exterminadas. Y son además una muestra de un lenguaje de expresión realista y una literatura testimonial nacida de las voces desgarradas y los recuerdos de las víctimas.
 

diumenge, 23 de gener del 2011

Principals festes jueves

Débora Chomski, l'autora La cocina sagrada. Recetas de las tradiciones cristiana, islàmica, budista, hindú y judía
Las festividades más importantes son:
El Shabat (sábado), que es el día de descanso semanal. En el Shabat se prohíben todos los trabajos y se prescribe descanso, estudio y disfrute en familia. La comida es el eje central del deleite del Shabat, de ahí que se coma especialmente carne y los mejores manjares.
Rosh ha Shaná (Año Nuevo) en que se conmemora la creación del mundo y el inicio de un período de diez días de reflexión y de arrepentimiento por los pecados cometidos que culmina con el día del Perdón. Desde el punto de vista natural, el Año Nuevo también marca el comienzo del ciclo de rotación del Sol y la Luna y el inicio del anual de las cosechas. En estas celebraciones se consumen alimentos simbólicos (granadas, dátiles, higos, uvas, calabazas), pescado, pollo, dulces, para augurar un fértil y próspero Año Nuevo.
Pesaj (o Pascua judía), que recuerda la dureza de los tiempos de esclavitud del pueblo de Israel en Egipto y el salto a la libertat que significó su salida. En esta fiesta hay alimentos simbólicos que se bendicen (pan ácimo, vino, huevo, hierbas amargas, etc.) y comida, cuyo orden está enmarcado por el relato de Moisés durante la salida de Egipto y le retorno del pueblo de Israel a la Tierra Prometida.
Shavuot –denominado también Pentecostés, pues sucede cincuenta días después del Pesaj- o fiesta de las semanas. Recuerda la entrega de la Torá, el libro más importante del pueblo de Israel y la historia de Ruth, una mujer que se había convertido al judaísmo. No tiene una comida especial, porque la Torá entregada explicita por primera vez las normas dietéticas judías (Kashrut) y no da tiempo para preparar los alimentos y la vajilla según la nueva ley. Se come comida de diario, que es lacto-ovo-vegetariana.

Más fiestas:
Purim: mal llamada “Carnaval judío”, es una celebración en contra del antisemitismo.
Jánuca; fiesta de las limnarias que se celebra en invierno. Es asimilada a la Navidad cristiana por su cercanía temporal. Es una fiesta muy espiritual y se comen frituras y lácteos.
Sucot: fiesta otoñal de las cabañas, que recuerda el trasiego del pueblo judío en su retorno a la Tierra de Israel. Es una de las tres fiestas de la peregrinación, junto a Pesaj y Shavuot. El motivo gastronómico son los cítricos.
Simjat Torá: la fiesta que concluye el ciclo que se inicia en Sucot y celebra el reinicio del ciclo de estudio anual de la Torá. Se comen alimentos enrollados.
Tu Bishvat: celebración mística del año nuevo de los árboles. Se comen frutas, cereales y frutos secos.

Fragment extret de Chomski, Débora (2009). La cocina sagrada. Recetas de las tradiciones cristiana, islàmica, budista, hindú y judía. Editorial Alba, Barcelona. 54-55.

La cuina sefardita és la cuina mediterrània

Jeanloui (2008). Sefardi concert at the jewish museum girona "Sefarad en Al-Andalus"
Ashkenazic i sephardic són termes familiars utilitzats per descriure les dues major divisions de les comunitats ètniques jueves. Ashkenazic, de la paraula hebrea Ashkenaz (que significa “Alemanya”), es refereix a tots els jueus de l’Europa del nord i del centre. Sephardic, de la paraula hebrea Sepharad (que significa Espanya), s’ha aplicat a la resta de jueus d’Europa.
(…) La cuina sefardita és la cuina mediterrània. Alguns trets de la cuina van ser completament desenvolupats entre els segles VIII i XII, quan Espanya era un país islàmic. La influència àrab en la cuina sefardita va ser, en aquells temps, molt forta. La cuina dels jueus sefardites va continuar desenvolupant-se a Espanya sota les normes cristianes fins al 1492, i a Portugal fins al 1498. En aquells anys, els jueus i els musulmans dels dos països van se a escollir entre convertir-se al cristianisme o ser expulsats. La majoria va escollir l’exili i van emigrar a diversos països mediterranis o a Holanda. Quasi tots els jueus sefardites que van deixar Espanya i Portugal van emigrar a països islàmics.
A la mar Mediterrània la història antiga conviu amb els temps moderns. El misticisme, el sobrenatural, el romanç i la poesia apareixen en tots els aspectes de la vida diària, incloent-hi la cuina. Molts aspectes de la preparació i la presentació del menjar estan impregnat d’una imaginació vívida i de matisos artístics. Per exemple, el pa sefardita shevwoth, anomenat los siete cielos (pa dels set cels) va ser creat com a representació culinària del món més enllà del paradís terrenal. El pescado ahilado con abramela (peix al forn amb salsa de prunes) preu aquest nom a causa d’una història sobre Abraham, el patriarca de la religió jueva.
D’altra banda, alguns aspectes de la cultura mediterrània estan marcats per la simplicitat i la informalitat. En la cuina dels jueus mediterranis, el gust natura i l’aspecte del menjar hi són emfasitzats. Les herbes s’hi afegeixen per enriquir i realçar el gust natural dels ingredients crus. Les salses són senzilles i gens pretensioses. Les espècies hi afegeixen un element de sorpresa i de misteri.
Els jueus i els musulmans, especialment en els països de l’Imperi Otomà, es van barrejar lliurement i,en aquest procés, van compartir moltes tradicions i secrets culinaris. Van tenir una gran influència els uns envers els altres, especialment pel que fa a la preparació i a la presentació del menjar. A Turquia i a Grècia, per exemple, ja hi existien comunitats jueves abans de l’exili dels jueus espanyols i portuguesos, però els jueus sefardites de parla judeocastellana van excedir en nombre a aquestes comunitats. La cultura sefardita va convertir-se en la cultura dominant. El mateix va succeir amb la cuina, que va fer una gran aportació a les cuines locals i, al mateix temps, adoptant molts trets d’elles. Al Marroc, d’altra banda, hi havia una comunitat jueva molt gran abans de l’exil dels jueus d’Espanya i de Portuga, i el nombre de jueus descendentss d’espanyols i portuguesos mai no va superar la població jueva indígena. Al Marroc, per tant, i a d’altres parts de l’Àfrica del nord, on els sefardites es van assentar, la cultura i la cuina mora predominaven sobre la sefardita. Ells jueus descendents d’espanyols i de portuguesos al Marroc i a Algèria van retenir alguns hàbit individualistes, com el desdeny per la cúrcuma (que els cuiners marroquins utilitzen com a un substitut barat del safrà), però la major part de la seva cuina no diferia de la dels altres jueus de la regió.
(…) En aquests països (Amsterdan, Londres, Estats Units i Curaçao), que no són ni mediterranis ni islàmics, els cuiners sefardites van assimilar menjars i tècniques culinàries del nord d’Europa i de Llaninoamèrica. Les influències ibèriques que van ser preservades en la seva cuina eren, per tant, fàcilment discernibles. Totes aquestes receptes es van conservar en les famílies sefardites i en d’altres famílies jueves mediterrànies, com a part de la seva herència ètnica i culinària. (…)
Més informació




M. Aurora (2009). Mesa festiva

La gent dels països mediterranis, inclosos els jueus, són famosos per la seva hospitalitat. L'hospitalitat és tan important que s'apliquen normes específiques de comportament. Una persona està obligada a estendre l'hospitalitat en cada ocasió i, tota interacció entre la gent, incloses reunions de negocis i visites a botigues, es considera una oportunitat per fer-ho. Als venedors els encanta jugar a ser amfitrions amb els seus clients potencials i sovint conviden els clients a seure a la seva botiga per prendre una tassa de cafè i conversar abans de procedir a portar a terme els negocis. Només després d'haver-se conegut comença seriosament el procés de regateig. I hom ha de regatejar, és una forma de vida! És una qüestió d'enginy on es temptegen, amunt i avall, els límits. Els nervis es poden destrossar. La sang pot bullir. La gent es pot tornar agressiva. Però el regateig és molt divertit també, i el resultat final d'aconseguir una ganga, pot ser l'inici d'una relació comprador-venedor, basada en la confiança mútua, l'honor i, de vegades, l'amistat genuïna.
Quan es visita la llar d'un jueu d'un país del Mediterrani, hom és normalment saludat amb una disculpa per part de l'amfitrió o amfitriona per la pobra i limitada qualitat del menjar servit. La disculpa va normalment seguida per un bufet abundant d'apetitosos entrants i amanides que et fan venir aigua a la boca. Un mínim de tres o quatre aperitius precedeixen el menjar i quan s'hi va amb companyia, uns quants més. Els aperitius inclouen salses fetes amb llegums com: cigrons, puré de patates amb all, iogurt, herbes fresques, amanides puré de verdures, amanides de verdures trossejades, olives macerades, plats de peix fred, i pastissos salats com les borekas, les buleymas o els boyos. Només quan tothom ja ha menjat força dels aperitius, entra el plat principal. A vegades, se serveix amb arròs, bulgur o cuscús, o bé sol amb pa cruixent a l'estil mediterrani, per sucar les salses. 
Si voleu continuar llegint, CLIQUEU-HI.

Rabí Robert Sternberg (1998). La cuina sefardita (La riquesa cultural de la saludable cuina dels jueus del Mediterrani). Editorial Zendrera Zariquiey, Barcelona 28-33
Enllaç a la foto: http://www.flickr.com/photos/56123309@N00/3261125035/

Cuina sefardita



Piñeiro, Moncho (2010). Naranja
Un jardí de fruites i essències
Una esbalaïdora varietat de fruites, verdures, herbes i grana, creix a la Mediterrània. Alguns productes es cultiven tot l'any, però la majoria són de temporada. La primavera proporciona carxofes, espàrrecs, espinacs, enciams primerencs, herbes perennes joves com el cebollí, el cerfull, la menta, la majorana i l'anet, la primera herba de l'any. Ametlles, tomàquets, albergínies, olives, pebrots, cogombres, mongeta verda, faves, porros, melons, carbasses verdes i grogues, api i tots els enciams, poden obtenir-se des del final de la primavera, durant les collites de l'estiu i la tardor, i fins ben entrat l'hivern. Fruites com les cireres, les prunes, els albercocs, el raïm, els préssecs i les figues són també abundants durant aquella llarga temporada de recol·lecció. Les herbes tenen el seu millor moment durant la temporada estiuenca. La tardor és el temps de les carbasses, les magranes, el fonoll, les nous, el codony, les pomes i les peres. De llimona n'hi ha tot l'any, però les taronges i altres cítrics comencen la seva temporada just després de la recol·lecció de la tardor i n'hi ha durant tot l'hivern. Algunes herbes, com la farigola, l'orenga, la menta, la sàlvia i la majorana, s'assequen per poder utilitzar-les durant l'hivern. Encara que a la regió mediterrània el terra no es glaça gaire sovint, les fortes pluges d'hivern i la poca quantitat de sol afecten el sabor de les herbes. La collita del blat i de l'arròs es fa a principis d'estiu i al final de la tardor.


Piñeiro, Moncho (2010). Hierbas aromáticas y especias
Per raó de la immensa varietat de cultius, totes les cuines mediterrànies, incloses les dels jueus mediterranis, afavoreixen més els aliments d'origen vegetal que els d'origen animal, encara que cap d'elles és exclusivament vegetariana. El peix es menja més sovint que la carn, la qual es reserva per a ocasions especials, com el Sàbat i les festes.
Durant milers d'anys, els jueus mediterranis van conviure amb els seus veïns no jueus, molt diferents cultural i ètniques, talment com els cristians i els musulmans, els turcs, els grecs, els àrabs, els berbers, els europeus del sud i els africans del nord. La gent del Mediterrani ha intercanviat aspectes culturals, però mai no ha format una comunitat homogènia. La família individual, la comunitat i les identitats tribals són fortes i propicien que els grups desenvolupin diferents estils regionals i preferències.
Els cuiners jueus han aportat contribucions úniques a la cuina mediterrània. L'existència de lleis del kosher i del Sàbat ha fomentat les tècniques dels rostits i dels estofats, la separació de productes làctics i carnis, l'exclusió del porc i del marisc, i l'ús del vi i dels licors a la cuina. Els musulmans, com els jueus, també exclouen el porc de les seves dietes, però no el marisc. També barregen productes làctics amb la carn. Els musulmans prohibeixen l'ús de l'alcohol, tant en la cuina com per beure. Quan vegeu vi o licors en una recepta de l'Orient Mitjà, és que la recepta és d'origen jueu o cristià.
Molts productes vegetals, com els porros, les carxofes o el fonoll, van ser utilitzats primer pels jueus i després adoptats per d’altres. Els cuiners jueus a Itàlia, i concretament a Roma, són famosos pels seus mètodes de preparar carxofes. Els jueus també van adaptar i modificar receptes per adequar-les a les lleis del kosher. La recepta jueva per a la moussaka es fa sense la beixamel de la clàssica recepta grega, perquè conté llet i formatge, els quals, segons la tradició jueva, no poden combinar-se amb la carn.
Al Mediterrani hi ha preferències regionals molt fortes pel que fa a combinacions d’herbes i d’espècies. A Grècia, el julivert i l’orenga es combinen amb all per aromatitzar el menjar, mentre que a Turquia l’all combina amb l’anet, la menta i el julivert. Al nord d’Àfrica, als cuiners els agrada combinar l’all, el julivert, el coriandre, el pebre vermell picant o el pebre de Caiena, afegint-hi a vegades menta per refrescar.
Els jueus sefardites que procedien d’Espanya van introduir a les ciutats otomanes i del nord de l’Àfrica l’oli d’oliva, les ametlles, els cítrics, el safrà i el gust pels dolços fets amb ou i rovell d’ou. També van substituir l’oli d’oliva per la mantega o per greix de xai de cua gruixuda, que usaven els cuiners àrabs, els turcs i els berbers. (El xai de cua gruixuda i greixosa són una raça que es cria al nord de l’Àfrica, dels quals s’extreu el greix per cuinar). Espècies i essències de flors, com l’aigua de roses i les flors de taronger, van ser introduïdes des de Pèrsia als països àrabs i nord-africans, i finalment absorbides per totes les cuines jueves de la mar Mediterrània. Les espècies, sobretot les llavors de comí sempre es torren abans de moldre-les, per extreure’n tot el sabor.
La grana i les fruites seques també estan subjectes a preferències regionals. Als jueus descendents dels sefardites els agrada l’arròs, el gra preferit d’Andalusia i de València, llar dels seus avantpassats. Els cuiners del nord d’Àfrica prefereixen el blat en forma de cuscús. Els turcs i els àrabs cuinen el blat en forma de trahanas, similar al bulgur, encara que també utilitzen l’arròs amb freqüència. Els turcs i els macedonis fan servir nous en les seves pastes. Al nord d’Àfrica i als països àrabs, es cuina més amb ametlles i pinyons que amb nous.
Les cuines jueves dels països mediterranis eren molt més pròsperes que les de l’Europa de l’est. La lamentació dels jueus d’aquests darrers països es recull en una cançó popular que diu així. 
Diumenge, patates,
Dilluns, patates,
Dimarts i dimecres, patates,
Dijous, patates,
Divendres, patates,
I el Sàbat un cholen amb patates! 
La queixa d’un captaire del sud de França sembla, en comparació, menys patètica: 
Enciam, diumenge,
Molles i aigua, dilluns,
Porros dimarts,
Les sobres dels porros, dimecres,
Llenties seques, dijous,
Les sobres de les llenties, divendres,
Mentre que el Sàbat sembla més prudent no sopar
Ni molta carn ni molt vi! 
(Lamentació d’un jueu depauperat. Poema medieval de la Provença francesa)
Rabí robert Sternberg (1998). La cuina sefardita (La riquesa cultural de la saludable cuina dels jueus del Mediterrani). Editorial Zendrera Zariquiey, Barcelona 36-39 

Cuina jueva

Ceia (2010). Joselito Miranda
Una paraula sobre el Kashrut

El Kashrut o compendi de lleis sobre la dieta, es basa en els llibres bíblics del Levític i el Deuteronomi, en el Talmud i en altres Codis de la Llei Rabínica. Algunes de les normes del Kashrut estan determinades pels costums i les tradicions que canvien segons les comunitats jueves. La majoria de les diferències entre les pràctiques sefardites i les asquenasites tenen a veure amb els costums o tradicions locals.

Normes generals del Kashur 

Vegetarianisme 
Les lleis del Kashrut només s’apliquen per al consum de productes animals. Tots els aliments que provenen de les plantes són kosher: fruites, verdures, fruites seques, herbes, espècies, granes i qualsevol cosa que creixi a la terra o als arbres. Si una persona és estrictament vegetariana i no menja productes animals, inclosos els productes lactis, aquesta persona està observant el kosher estrictament. El vegetarianisme és considerat l’estil de vida ideal d’acord amb la tradició jueva, però no és un requeriment necessari de la Llei jueva. En la tradició jueva hi ha un principi anomenat n’zirut, que significa “adoptar costums de més que ajuden a evolucionar cap a una relació espiritual superior amb el Creador”. Els dies de dejuni extra, l’abstenció d’alcohol, el vegetarianisme i el no tallar-se el cabell són totes pràctiques del n’zirut. (…)
Durant el Sàbat i el Yom Tov el Talmud diu: Aim Simcha Elho B’Yayin i Ain Simcha Eloh B’Bassar, que signifiquen: “No hi ha ocasió alegre sense vi” i “No hi ha ocasió alegre sense carn”. Per aquest motiu, la majoria de jueus no segueixen un estil de vida estrictament vegetarià. Els jueus mediterranis, a l’igual que d’altres pobles del Mediterrani, menjaven més verdures i fruites que carn, que només consumien en ocasions especials.
Hi ha un període en el calendari jueu durant els qual és costum no menjar carn, durant les tres setmanes de l’estiu que precedeixen el dejuni de Tisha B’Av, el qual commemora la destrucció del primer i el segon temple hebreu a Jerusalem. Per als jueus mediterranis, el Tisha B’Av també assenyala l’exili de la comunitat jueva d’Espanya el 1492. Els nou dies abans del Tisha B’Av són especialment solemnes. En aquesta època de l’any, els jueus practicants de tot el món observen el vegetarianisme. 

El consum de carn 
Hi ha algunes regles estrictes sobre el consum de la carn:
1.      L’animal ha de ser ruminant i tenir la peülla partida. Això explica la prohibició del porc, ja que encara que té la peülla partida, no és ruminant.
2.      Ha de ser un animal domèstic; la llei jueva prohibeix estrictament la caça. La domesticitat s’aplica tant a les aus com als remugants.
3.      L’animal ha de ser sacrificat, segons uns determinats rituals, per un escorxador anomenat shochet.
4.      Una vegada s’ha mort l’animal, s’ha de submergir la seva carn en aigua freda durant 0 minuts i salar-la amb sal gruixuda o sal kosher durant una hora, per treure’n, tota la sang. Les lleis jueves prohibeixen el consum de sang. 

El consum de peix 
Hi ha algunes normes sobre el consum del peix:
1.      El peix  ha de tenir aletes i escates per ser considerat kosher. Això explica la prohibició del marisc i de peixos com les angules i carpes, que no tenen escates.
2.      El peix no l’ha de matar el shochet,ni ha de ser submergit en aigua ni ser salat per treure-li la sang.
3.      És tradició no barrejar el peix i la carn al mateix plat, però sovint són servits en el mateix àpat en plats diferents.
4.      Els ous de peix han de provenir de peix kosher (aquell que té aletes i escates). 

El consum de productes làctis 
1.      Els productes lactis han de provenir d’animals kosher.
2.      Els products làctics no es poden cuinar ni menjar amb car. Les cases jueves tenen jocs separats de plats, olles, paelles i coberts per a aliments carnis I lactis.
3.      Hi ha també un període d’espera entre la ingesta de carn i la de productes làctics. La durada d’aquest període depèn de la tradició local, però pot anar des de cinc hores a una hora. Aquesta tradició tan sols es refereix al consum de làctics després de la carn. Si els lactis s’ingereixen primer, no s’ha d’observar un període d’espera. 

El consum d’aliments pareve 
El peix i els ous es consideren productes pareve. Com que no són ni carnis ni lactis, es poden cuinar i menjar juntament amb d’altres productes. Els ous han de provenir d’aus kosher i no pas d’aus de presa, rèptils o tortugues. També s’ha de comprovar que no hi hagi tasques de sang. Si se’n troben, s’han de llençar.
Si una persona és vegetariana, però també menja peix i ous, no cal tenir dos jocs de plats, d’olles, de paelles i de coberts, perquè aquests aliments són pareve. 

La Pasqua jueva 
Durant la Pasqua s’observa una restricció de dieta addicional: no es pot menjar pa, ni derivats que hagin fermentat amb llevat, fècula de blat de moro o bicarbonat de sosa. Els jueus practicants tenen jocs de cuina i utensilis per menjar que només s’utilitzen per a la Pasqua. El vidre es considera un material que no absorbeix; per tant, una casa kosher només necessita un joc de cristalleria. De totes maneres, la cristalleria es prepara per a la Pasqua, remullant-la durant vint-i-quatre hores.
Per a la celebració de la Pasqua, els jueus del Mediterrani segueixen uns costums diferents als dels jueus del nord, del centre i de l’est d’Europa. Els jueus asquenasites no mengen arròs, blat de moro o llegums durant la Pasqua perquè, en temps llunyans, els pans àzims es feien amb aquest productes. Els jueus mediterranis no consideren hametz (fermentat) aquest pans fets amb farina d’arròs, farina de blat de moro o llegums, perquè, fins i tot usant llevat, la massa no puja. Per tant, els mengen durant la Pasqua. També és tradició, en algunes comunitats jueves del Mediterrani, menjar arròs durant el seder (àpat) de la Pasqua. Per a la Pasqua dels jueus del Mediterrani, es preparen aliments exquisits a base d’arròs i de les primeres faves de la temporada. (…) 

Rabí Robert Sternberg (1998). La cuina sefardita (La riquesa cultural de la saludable cuina dels jueus del Mediterrani). Editorial Zendrera Zariquiey, Barcelona 41-45

Més informació:
En aquest bloc:

En la cuina de Moisès

Herranz, S. (2009). Granada a contraluz y su reflejo
Los alimentos sagrados por su forma o naturaleza simbolizan valores o cualidades judías. se bendicen especialmente en las festividades. Los dos alimentos básicos son el pan y el vino.
  • El pan representa el alimento primero y las ofrendas que se realizaban en el Gran Templo de Jerusalén. Al bendecirlo se bendice toda la comida. En la festividad de Pesaj, la Pascua judía, se consume pan de harinas no leudantes (mijo, cebada, etc.) o panes sin levaduras, simbolizando lo simple de la vida.
  • El vino ha de ser apto o kasher. Es la bebida sagrada y se bendice en todas las fiestas. Simboliza la vida, la sabiduría y la alegría. Su consumo se circunscribe a momentos especiales de la vida personal (mayoría de edad, bodas) y comunitaria (shabat, Purim, Pesaj, etc.).
Otros alimentos significativos son:
  • El aceite de oliva, se usaba para ungir a reyes y sacerdotes y para iluminar templos y hogares. Es motivo de Jámuka, fiesta de las luces (suele coincidir con Navidad).
  • La miel simboliza la dulzura del saber encerrado en la Torá, el texto más sagrado del judaísmo. en la Antigüedad, la miel se extraía de higos y dátiles, que también adquieren un simbolismo especial en las fiestas (representan las buenas acciones, la sabiduría obtenida por el estudio y la superación de la adversidad).
  • La leche, un básico que representa el poder nutritivo de los textos sagrados.
  • El pescado, por su gran capacidad de reproducción simboliza el deseo de fertilidad y en días señalados se bendice a las familias para que tengan mucha descendencia.
  • Los huevos simbolizan la circularidad de la vida. Es un básico en las comidas de los días señalados en la vida de las personas (nacimiento, mayoría de edad, boda, duelos).
  • Las lentejas es alimento de duelo. En algunas comunidades se consume en Año Nuevo y en las bodas, porque también simboliza el ciclo de la vida, reiterativo y ascendente.
  • Las granadas, que, por su belleza decoran objetos sagrados. Por la cantidad de granos que contiene es símbolo de plenitud y de abundancia de buenas acciones.
  • La sal, que se echaba en todas las ofrendas y se echa al pan bendecido en la comida de Shabat. Simboliza la inalterabilidad de la alianza eterna entre el hombre y Dios. 
Text extret de: Chomski, Débora (2009). La cocina sagrada. Recetas de las tradiciones cristiana, islàmica, budista, hindú y judía. Editorial Alba, Barcelona. 57-58. 

Si voleu llegir sobre les festes jueves, CLIQUEU-HI.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...